Estamos en octubre y la palabra ‘crisis’ ya vive vinculada al Real Madrid. Nuevo proyecto, de la mano de Lopetegui, y tras una época de bonanza. Mala combinación para la poca paciencia del aficionado blanco. ¿Nos rasgamos ya las vestiduras, o esperamos un poquito? La situación no es nada buena, pero las circunstancias han hecho que en este momento de sequía los rivales también hayan comenzado flojos. Algunos lo llamarán maquillaje, otros ‘consuelo de tontos’.

Lo cierto es que en plena crisis madridista de resultados y goles, el estatus no es tan sangrante. Otros entrenadores blancos del pasado ya habrían querido para ellos que las crisis por las que pasaron les hubiera tenido a tres puntos del líder en La Liga, vivos en la Champions y con justificaciones suficientes para explicar un momento nefasto.

El Real Madrid no carbura, es evidente. Ante esto tenemos la opción fácil y populista en cualquiera de sus dos versiones. Una es mencionar lo mucho que el equipo echa de menos a Cristiano Ronaldo, la otra destacar el gran vacío que dejó Zinedine Zidane. Pero también existe la posibilidad de intentar explicar de verdad dónde están los problemas reales, una vía que me parece mucho más interesante y aprovechable, porque seamos realistas, el portugués y el francés son ya historia del club, no presente. La orfandad de ambos nunca puede ser una explicación seria ni tenida en cuenta, porque los que no están no toman decisiones, no se equivocan ni aciertan, no se lesionan ni entrenan… sencillamente, no están.

Julen Lopetegui asumió el puesto aceptando la realidad y proponiendo cambios que ayuden al equipo. El técnico blanco fue por la vía arriesgada. Apostó por un fútbol vistoso, de asociación, más propio de clubes con más paciencia. Un ‘todo o nada’ que le podría abrir las puertas del cielo o quemarle rápidamente. Ahora mismo está más cerca de lo segundo que de lo primero. Porque no nos engañemos, lo que cuenta en el Real Madrid son los resultados, y si además juegas bonito, pues miel sobre hojuelas.

Mi opinión es que somos injustos culpabilizando únicamente al entrenador, porque la situación actual es un cúmulo de circunstancias que proceden de distintos responsables. Hay cinco puntos que explican la crisis actual del equipo blanco:

1. Una planificación deportiva con carencias.

Igual que se ha sabido firmar jugadores jóvenes a buen precio de mercado, también se han descuidado posiciones clave que te van a permitir competir al máximo nivel que se le exige a este club. A los Asensio, Ceballos, Odriozola… chicos de gran valía que han ido demostrando que están para grandes cosas, hay que sumarle puestos determinantes en los últimos años y que han quedado huérfanos o sin relevo. De este modo el Madrid sigue sin encontrar un lateral izquierdo de garantías que compita con Marcelo y ofrezca seguridad cuando el brasileño cae lesionado. No funcionó Theo, debes ir a algo más seguro y de rendimiento inmediato, no más apuestas cuando la del ex del Alavés te ha salido rana.

El rol de goleador también se ha descuidado en las oficinas del Bernabéu. La marcha de Cristiano pudo ser ‘una sorpresa’, pero el momento de tener un relevo para él no es de manera inmediata cuando el mercado te va a exigir un desembolso enorme, sino antes. En el verano de 2017, se debió invertir una cantidad importante en un joven contrastado como Kylian Mbappé, esa propuesta nunca le llegó al Mónaco. Si después decide ir a Paris con tu oferta sobre la mesa es algo que nadie te podrá reprochar. Como el caso del francés podemos encontrar otros similares, que a día de hoy son sueños casi inalcanzables.

La planificación deportiva también tiene una asignatura pendiente en la renovación de jugadores ‘treintañeros’ por nuevos contratos que los vinculan con el club hasta su decadencia de rendimiento. Luka Modric acabará su contrato actual con casi 35 años y tiene apalabrada una mejora económica y de duración. Karim Benzemá finaliza su vinculación con 33 años y ha protagonizado unas últimas temporadas muy cuestionables en cuanto a su rendimiento.

2. Falta de efectividad de cara a puerta.

La imposibilidad de contratar a un futbolista del nivel de Cristiano y la negativa del club a la hora de realizar un gran desembolso por un delantero de talla mundial, ha dejado la responsabilidad del gol en manos de un Gareth Bale al que le cuesta pisar el área y un Karim Benzema que destaca más por hacer bueno al compañero de baile en la punta. Llegó Mariano como buena oportunidad de mercado pero no cuenta con minutos desde el inicio, aún no le han probado en test importantes y con responsabilidad desde el inicio.

Pero al margen de estas lecturas más propias del mercado que de la realidad futbolística blanca, tenemos que destacar que la falta de gol responde a motivos diferentes en cada uno de estos cuatro partidos sin marcar. En el Pizjuán fueron anulados por un equipo que dominó de principio a fin y ante el que no se llegó a reaccionar en ningún momento. En el derbi madrileño se dominó el partido pero el área parecía una zona prohibida. Ante el CSKA lo que faltó fue puntería, porque desde el error de Kroos se buscó constantemente el gol. En Vitoria las ideas de generación brillaron por su ausencia. Múltiples motivos y razones que derivan en algo tan evidente como cierto: sin gol no hay victoria posible.

3. Errores defensivos tan puntuales como graves.

Estadísticamente no está el Real Madrid entre las peores defensas de La Liga, su mayor pecado al respecto fue encajar tres goles en Sevilla. Pero sí es cierto que los errores cometidos son tan groseros que han reflejado directamente la pérdida de puntos. En Moscú Toni Kroos regaló el gol a los rusos. Marcelo hizo lo propio en la Supercopa de Europa ante el Atlético de Madrid para darle vida a los rojiblancos en la prórroga. Y tanto Sergio Ramos como el propio Raphael Varane han sido protagonistas en liga de acciones muy preocupantes y que denotan su falta de ritmo y de forma. Será exceso de confianza o quizás falta de concentración, pero cuando cuesta tanto hacer gol, un latigazo del rival te supone caer derrotado.

4. La actitud de los jugadores es criticable.

Nadie duda de que el vestuario blanco cierra filas en torno a su entrenador, Julen Lopetegui salva de momento una asignatura que a otros técnicos les costó el puesto. Más allá del apoyo público, bien harían los futbolistas del Real Madrid en recuperar un espíritu más competitivo, menos relajado y más comprometido a la hora de saltar al campo.

Es inaceptable que se salte a un Sánchez Pizjuán, territorio comanche para los blancos por tradición, con la relajación y la desidia que se vió en la sexta jornada. El Barcelona acababa de perder en Butarque y se servía una oportunidad única de crear brecha en la clasificación. La crisis blaugrana duró exactamente 21 minutos, lo que tardó André Silva en anotar sus dos goles.

Esa falta de actitud o relajación en el campo, se ha vivido en otros momentos. La salida al Luzhniki de Moscú no fue la apropiada tampoco. Ante el Espanyol en el Bernabéu se cayó en la inercia y la comodidad del resultado favorable. Y en Vitoria, tras una buena salida, la falta de precisión fue dejando paso a un nuevo episodio de aflojamiento de carácter.

5. Lesiones en puestos clave.

Decía Julen Lopetegui tras caer en Mendizorroza que era importante “recuperar a jugadores muy importantes”. Era evidente que se refería a Isco y a Marcelo, ambos muy necesarios en su mejor versión. Carvajal también está teniendo mala suerte en este arranque de campaña, y tanto Benzemá como Bale completan la enfermería blanca después del partido ante el Alavés.