¿Qué tendrán las noches de agosto que nos llevan alterando el verano futbolístico durante las dos últimas temporadas? Si bien en 2017 el Real Madrid abusó del FC Barcelona en una Supercopa de España a ida y vuelta, este curso nos ha mostrado la otra cara de la moneda para los blancos. Lo sucedido hace un año ya nos demostró que no se deben sacar muchas conclusiones. Valverde tuvo un mal sueño en su debut oficial dirigiendo a Leo Messi, pero terminó por consagrarse en su primera temporada como blaugrana con doblete de Liga y Copa. ¿Qué debemos pensar ahora, tras ver caer el proyecto en pañales de Julen Lopetegui, con cuatro goles del máximo rival de la capital? En el Camp Nou vivieron el sueño de una noche de verano y en Tallín han comprobado que en el estío también existen las pesadillas.

Mejor sacar conclusiones futbolísticas, tratar de no ser tendenciosos, y si usted es madridista, no se rasgue las vestiduras. Parece grave, pero no tiene por qué serlo a medio plazo.

El Madrid cayó ante el Atlético de Madrid en las dos parcelas que más domina el equipo del Cholo y que anhela gran parte de la Europa futbolística: el físico y la identidad. Que los blancos no llegaban bien preparados en la parcela física es una obviedad, pero además tenían enfrente a uno de los equipos que mejor aplican este aspecto. Una buena primera parte del campeón de Europa invitaba a soñar despiertos a sus aficionados, siempre y cuando trataran de no observar el lapsus defensivo que propició el primer gol de Costa. El paso de los minutos dio paso a un desgaste tan lógico como trágico. Los de Lopetegui se fueron quedando sin piernas, y pese a tener controlado el partido por momentos, llegar a la prórroga fue su sentencia. Ante ellos tenían un grupo de jugadores mucho mejor preparados, con sed de venganza tras dos tiempos extras en sendas finales de Champions, y sobre todo, con las ideas muy claras.

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Y es que también fue la identidad lo que provocó que la Supercopa de Europa viajara en el avión colchonero de vuelta a Madrid. El trabajo de Diego Simeone con este equipo es brillante, pero sobre todo es constante. Resulta difícil no fantasear con el potencial que tienen como colectivo. El común de los mortales sabe a qué juega el Atlético de Madrid, y titulares que estaban recién llegados como Lemar y Rodri, no necesitaban graduarse en ‘primero de Cholo’ para entrar en la inercia positiva que respira el equipo. El ex del Mónaco es de esos talentosos que sueltas en cualquier campo y sabe reaccionar, porque sus escasos errores defensivos se maquillaban atrás con una perfecta maquinaria de retaguardia… y en ataque aporta muchísimo desparpajo, desequilibrio y profundidad. Es una herramienta nueva para percutir a la defensa rival sea con ataque rápido o de posición. Rodri también es nuevo, pero no es nuevo. Su posición de rojiblanco será la misma que lleva desempeñando las últimas dos campañas de manera constante en el Villarreal, probablemente el equipo que mejor defiende en España tras el Atlético de Madrid. La adaptación ha sido anecdóticamente instantánea, encajó como un imán.

Hablamos de físico e identidad como grandes baluartes rojiblancos, y los convertimos a su vez en los grandes ‘pecados’ blancos a estas alturas de temporada. ¿Son ambos responsabilidad de Lopetegui? En mi opinión no. Porque el fútbol actual impide llegar a estas alturas de agosto con los jugadores preparados. También porque la personalidad de este Madrid está en proceso de formación. Si bien la pretemporada en Estados Unidos nos ha dejado adivinar que los blancos utilizarán armas que fueron exitosas con la Selección como la presión tras pérdida o la posesión de balón, aún es pronto para ponerlas en funcionamiento ante un proyecto tan consolidado como el que tenían ante ellos en Tallín. El Bernabéu desea ver cada domingo ese fútbol que ya disfrutó vestido de rojo ante Italia una noche de septiembre, curiosamente también fue en verano.

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¿Y ahora qué? La respuesta a esta pregunta si nos ponemos la rojiblanca es muy sencilla, ¡a seguir soñando! Ya se encargará Diego Simeone de administrar ‘partido a partido’ la mejor plantilla que el Atlético de Madrid ha tenido en las últimas décadas.Son candidatos a todo y soñar es gratis, parece difícil que vayan a tropezar muchas veces. ¡Veremos!

En el caso del Real Madrid hay varias conclusiones claras tras la derrota en Tallín. La primera es que hay que tener paciencia, que esos Bale, Benzema, Isco y Asensio que jugaban a la sombra de Cristiano, ya han demostrado en este mes que hablarán más alto esta temporada. La gran duda es si esto será suficiente. Si el Plan A funciona será miel sobre hojuelas, pero la plantilla se queda corta de recursos para poder aspirar a todo. Que nadie olvide que pese a las tres Copas de Europa consecutivas, la máxima en Chamartín es ganarlo todo, el privilegiado paladar merengue no entiende de excusas.

Se habla de un central y un delantero como objetivos de mercado antes del próximo 31 de agosto. Ambos perfiles de jugador hacen falta, en ambos casos para generar competencia y que Lopetegui pueda tener más recursos que administrar. Ver que Borja Mayoral fue el revulsivo en Tallín dice mucho de lo corta que se quedó la plantilla. Podría haber funcionado, pero habría sido un espejismo. Todavía algunos creen que esta situación puede funcionar como en su día lo hizo con Álvaro Morata, nada más lejos de la realidad. No son jugadores ni situaciones comparables por composición de plantilla, por calidad del jugador y por ‘culo pelao’ de uno y otro. Con todos los respetos, pero dos goles en 21 partidos de Bundesliga no pueden compararse con hacerse un hueco en el tanque de tiburones que era aquella Juventus de 2014 a 2016, campeona de casi todo y alcanzando después la titularidad con una España que dirigía, precisamente, Julen Lopetegui.

Lo de Raphael Varane y Sergio Ramos puede ser más anecdótico. Es evidente que el mes de agosto no es el mes de mayo y sus estados de forma tampoco. Llegue quien llegue, no parece que vaya a alterar el ecosistema natural de la pareja de centrales titulares. Pese a todo, tener un compañero más que pelee por los minutos sí ayudaría. Nacho merece ser considerado ya como titular pese a que sirva para un roto y un descosido. Lo de Vallejo no lo tengo tan claro. En su lugar, un central con mayor experiencia daría un salto de calidad y de competitividad que el grupo agradecería.

Llegados a este punto y con la billetera en la mano, la gran pregunta es: ¿cuánto cuestan ese delantero y ese central? ¡Que hablen los despachos del Bernabéu! En mi opinión no debería primar la urgencia. El fútbol moderno ya nos ha demostrado que soltar muchos millones no garantiza rendimiento, y oportunidades de mercado con la Premier arrancada no parece que vaya a haber. Entre ambas posiciones priorizaría la del delantero. Un jugador que sea candidato a pelear por el pichichi, un rematador, y a ser posible, al que no se le recuerde la aburrida cancioncilla de los ‘cincuenta goles de Cristiano’. Esa canción ya se tocó, y la nueva e idealizada melodía que quiere interpretar este Real Madrid aspira a ser más coral. Antes, la responsabilidad pasa por las oficinas de Chamartín, donde deberán hilar muy fino para encontrar soluciones. Seguimos en verano, y siguiendo la estela del Barcelona la pasada campaña, el Real Madrid debe conseguir que lo sucedido en Estonia se quede en un mal sueño.

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